EL SACRIFICIO QUE SALVA; La Manifestación de Cristo



Cada año, Hay predeterminada una semana para recordar la pasión, muerte y resurrección de Jesús.  Estamos a punto de entrar en esa semana, y quiero recordemos y entendamos el motivo de este acontecimiento que sucedió hace casi 2000 años. Digo casi porque desde que sucedió esto ahora no  hemos llegado todavía a los 2000. Recuerde que tradicionalmente se tiene establecido que los tiempos que vivimos están partidos en dos, (A.C. y D.C.). Estamos en el 2013 d.C. quiere decir que el tiempo comienza a enumerarse según el nacimiento de Jesús. De manera que con el año 1 se supone ha transcurrido el primer año de vida de Jesús. Ahora, según los hechos que hemos estado viendo en las lecturas de los diferentes evangelios el grupo familiar, recuerde que Lucas el investigador y escritor del Evangelio, nos proporciona eventos que históricamente se pueden fechar, son sucesos en los cuales se encajan las posibles fechas. Pero no se alarme, lo que puede haber de diferencia entre el inicio de la Era d.C. es de entre 7 y 4 años antes del año 1, Así que por el año en que vamos (2013) pudiéramos estar celebrando 17 o 20 años de vida de Cristo hace 2000 años. Esto es solamente un breve plus.

Debemos recordar que  con su venida y lo que sucede en su desenlace después de 33 años, allí en la Cruz Él nos dio salvación y nueva vida.

Durante este tiempo, se recuerda cómo fue herido de muchas formas. Nosotros recordamos también que fue herido por ejemplo con un látigo que demolió Su cuerpo, con golpes, con empujones, insultos y escupitajos, fue coronado con espinas, fue obligado a cargar su propia cruz donde finalmente iba a ser crucificado para que muriera de forma dolorosa y humillante. Su sacrificio era necesario para que el plan de salvación del Padre se cumpliera, porque la paga del pecado es muerte y alguien debía cumplir esa condena en nuestro lugar. Isaías 53

¿Quién ha creído a nuestro anuncio?   ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?
Subirá cual renuevo delante de él,  y como raíz de tierra seca;  no hay parecer en él,  ni hermosura;  le veremos,  mas sin atractivo para que le deseemos.
Despreciado y desechado entre los hombres,  varón de dolores,  experimentado en quebranto;  y como que escondimos de él el rostro,  fue menospreciado,  y no lo estimamos.
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades,  y sufrió nuestros dolores;  y nosotros le tuvimos por azotado,  por herido de Dios y abatido.
Mas él herido fue por nuestras rebeliones,  molido por nuestros pecados;  el castigo de nuestra paz fue sobre él,  y por su llaga fuimos nosotros curados.
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas,  cada cual se apartó por su camino;  mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
Angustiado él,  y afligido,  no abrió su boca;  como cordero fue llevado al matadero;  y como oveja delante de sus trasquiladores,  enmudeció,  y no abrió su boca.
Por cárcel y por juicio fue quitado;  y su generación,   ¿quién la contará?  Porque fue cortado de la tierra de los vivientes,  y por la rebelión de mi pueblo fue herido.
Y se dispuso con los impíos su sepultura,  mas con los ricos fue en su muerte;  aunque nunca hizo maldad,  ni hubo engaño en su boca.
Con todo eso,  Jehová quiso quebrantarlo,  sujetándole a padecimiento.  Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado,  verá linaje,  vivirá por largos días,  y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
Verá el fruto de la aflicción de su alma,  y quedará satisfecho;  por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos,  y llevará las iniquidades de ellos.
Por tanto,  yo le daré parte con los grandes,  y con los fuertes repartirá despojos;  por cuanto derramó su vida hasta la muerte,  y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos,  y orado por los transgresores.


Por supuesto que ninguno de nosotros pidió que así sucediera. Nadie le dijo a Jesús: “Por favor, carga con mis culpas, con mi enfermedad y mi pobreza”. Él lo hizo voluntariamente por amor. Es como si él mismo se acercara a cada uno y dijera: “Dame tu enfermedad, Yo la padeceré, Yo la tomo, dame tu pecado y tu pobreza, Yo cargaré con ello”.

La Palabra de Dios dice que ese castigo lo merecíamos nosotros, al ser constituidos pecadores: Romanos 6:23. Por eso, Su sacrificio es el regalo más grande que hemos recibido y no podemos menospreciarlo o ignorarlo; al contrario, debemos agradecerlo eternamente.

Jesús vino a salvarnos de ese castigo a todos por causa del pecado; y esa salvación es un regalo; por eso él fue molido, golpeado, maltratado, quebrantado, herido, y exhibido, y muerto; y resucitado de entre los muertos, para darnos vida. Pero porqué él. Por qué Jesús y no un ángel, u otro plan.

El plan primero que Dios ordenó consistía en los sacrificios de animales para expiar los pecados de la gente. Dios había establecido que el sacerdote en los tiempos de la ley ofrecía estos sacrificios. Según el pecado era el tipo de ofrenda. Por ejemplo para ilustrarnos un poquito: Levítico 6:1-7 habla sobre la ofrenda que se tenia que presentar a Dios sobre las personas que pequen y resulten culpables de fraude ante el Señor por haber engañado a su prójimo, o por robarle o quitarle algo a la fuerza, por juramento falso, y hace una connotación, de caer en alguna de todas aquellas cosas en que suele pecar el hombre, dice que será culpable de pecado y habrá que ofrecer ofrenda para pedir el perdón de pecados. Y hablas lo que tiene que hacer el sacerdote, como lo debe hacer, y lo que tiene que restituir la persona y hacer para lograr el perdón. Ahora bien con Cristo esta ley queda cumplida. Jesús dijo en Mateo 5:27 “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas;  no he venido para abrogar,  sino para cumplir.”

Todo esto y mucho más, estaba hasta antes de la venida de Cristo, era el primer plan de Dios. Fue lo que Dios estableció para expiar o pecados. El sacerdote entraba a la presencia de Dios y ofrecía las ofrendas por los pecados.

No nos costó nada a nosotros. La paga del pecado era muerte pero Cristo la sufrió. De hecho, Él lo hizo para evitarnos el sufrimiento a nosotros.
Él tomó nuestro lugar de maldición y muerte. Lo castigaron por los pecados que no había cometido, lo crucificaron y lo sepultaron.

  • Y Cristo Vino en cuerpo para ofrecerse a sí mismo. Hebreos 10:1-9

Este Pasaje nos habla de la venida de Jesús y del propósito de Dios.
Dios mismo preparó cuerpo físico. Cristo vino en Carne. Así lo creemos: 1ª de Juan 4:2 así lo confesamos.
Su cuerpo estuvo preparado para cargar con todo el peso del pecado de nosotros porque a Dios ya no le agradaron más las ofrendas y sacrificios que cada año se tenían que hacer. Como dice al principio de Hebreos 10, en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados. O sea, al hacer los sacrificios cada año para lo único que servía era para recordar sus pecados y que por medio de esos sacrificios no podían ser perfectos. Por eso la biblia habla de que somos perfeccionados por medio de Cristo; porque, su sacrificio nos hace perfectos. De otra manera la biblia nos da a entender en el verso 2 de hebreos que “Si la ley lo pudiera hacer, entonces ya estaríamos limpios, no nos sentiríamos culpables de los pecados y esos sacrificios ya hubieran dejado de ofrecerse.” Pero la situación es que si Cristo no hubiera venido estaríamos año tras año recordando que somos pecadores y que la paga del pecado es muerte. Pero Gracias a Cristo, tenemos perdón. Versos 5-7

“Por lo cual,  entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios,  para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí. Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron  (las cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios,  para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.”

¿Crees que valió la pena la venida de Cristo y su sacrificio? Claro que si.
El sacrifico de Jesús valdrá la pena en todo momento.

Juan el Bautista lo anunció. Cuando Jesús se acercó a él Juan Dijo: Jn 1:29  “El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.”

Jesús es el sacrificio que salva.

En Hechos 4:11 Pedro dijo en su primer discurso:

“Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores,  la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación;  porque no hay otro nombre bajo el cielo,  dado a los hombres,  en que podamos ser salvos.”


Somos salvos por él, no hay nadie más que nos pueda otorgar esa salvación, solo Cristo. A eso vino, a que seamos salvos por él; a cumplir la voluntad del padre; en eso se agradó el corazón de Cristo, en hacer la voluntad de Dios.
Somos Santificados por medio de la ofrenda de su cuerpo hecha una vez y para siempre. Amén.

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