Días buenos y días malos.
Ir a descargar
Eclesiastés 7: 14:
En el día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad
considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que el hombre nada
halle después de él.
La vida está llena de buenos momentos, sin embargo todos
nosotros tenemos la capacidad de ver los momentos de diferentes maneras. Hay
gente que normalmente piensa, que la mayoría de días o los momentos de la vida
que le han tocado vivir han sido, y siguen siendo malos. Otros por el contrario
pueden pensar que son menos los días y los malos ratos que ha pasado. según
cada persona lo vea, así entenderá sus días. ¿Para ti como han sido los
momentos de tu vida; buenos o malos? ¿Hay alguna inclinación de la balanza
hacia algún extremo? Para mi en lo personal estoy seguro que han sido más,
mucho más los momentos buenos que he vivido. Por lo menos hasta ahora y así
quiero que siga siendo. Sin embargo como decía algunos pueden decir lo
contrario. Es más probablemente algunos dirían “dame la formula para vivir feliz”
de hecho hay libros que se escriben ofreciendo la formula para feliz. Yo en lo
personal nunca me he comprado un libro como esos. No sabría decirle si
realmente existe una formula en estos libros para ser feliz. Todos vemos la
vida y la vivimos según estemos. Tal vez se de cuenta que muchos de los días
que vivimos, el cómo los vivimos, dependerá mucho de nuestras actitudes a la
hora de vivirlos. Póngase analizar un poco sus días; los buenos, ¿Qué has hecho
o que ha sucedido para que sean buenos, o cuál o qué ha sido lo determinante de
ese día? Buenas noticias, un buen empleo, el embarazo, el nacimiento, el amor,
las buenas amistades… y También analiza los malos momentos, ¿qué ha sido el
detonante de ellos?; noticias desagradables, rompimientos relacionales, muerte,
desempleo, circunstancias temporales… etc. ¿has visto involucradas tus
actitudes frente a ellos?
Este Verso dice:
En el día del bien
goza del bien; y en el día de la adversidad considera.
Dios hizo tanto lo
uno como lo otro… a fin de que el hombre nada halle después de él.
Hay otra versión (PDT) de este pasaje que quiero que
leamos:
Disfruta los buenos tiempos; pero
cuando la estés pasando mal recuerda que Dios nos da momentos buenos y malos, y
que nadie sabe lo que vendrá en el futuro.
Nosotros los seres humanos, tenemos la capacidad incluso de
transformar buenos momentos o días buenos en días malos y viceversa. Por
ejemplo en días buenos, en momentos en que uno la está pasando bien, a veces algo
hacemos que de pronto ese momento se torna en malo. Algo hicimos. ¿Te ha pasado
alguna vez? Hiciste algo indebido; yo una vez hice con mi familia que un buen
dia de paseo se tornara en un momento malo por una tontería mía, y le cambie el
día a toda mi familia. También en casa he visto como días buenos se
transformaban en malos de pronto. Pero también pude ver como momentos malos se
podían transformar en buenos; dependía mucho de la actitud personal y de las
acciones que hacemos en medio de las circunstancias. Por ejemplo he leído
testimonios de funerales donde se supone que hay dolor a veces inconsolable,
cómo el momento cambia en alegría. No que se goce la gente por el fallecimiento
de alguien, sino más bien, una manera diferente de enfrentar la situación.
La Palara dice que tanto el uno como el otro existen. El día
bueno y el día malo. Dios los da; pero también la palabra dice que el gozo lo
ponemos nosotros. En el día del bien
goza del bien.
¿Te gusta gozar de los días bueno? Hay gente que no le gusta
gozar de los días buenos. Son un simple día para ellos, no hay nada de que
gozar, no hay nada de que disfrutar, no hay motivos para sonreír etc.
¿Te gustan los días malos? Aunque casi a nadie le gustan los
días malos, los pasamos también. Nos gusten o no. La Biblia continúa diciendo: y en el día de la adversidad considera. Dependerá de la actitud al enfrentarlos.
Dice que consideremos en el día de la adversidad. ¿Qué hay que considerar?
Lo podemos aplicar
de dos maneras:
- Considerar, que vendrán queramos o no.
- Considerar, con qué actitud los enfrentarás.
Hay días malos “de cajón”. Pruebas que todos pasaremos, pero
hay otras dificultades que nos buscamos. Algunas personas parece que son
especialistas en encontrar días malos como si les gustaran. Otros convierten un
día nublado en un día tormentoso. Tanto chicos y grandes; Jóvenes y mayores;
todos.
- Días buenos y malos
1 Pedro 3:10-11 dice: Porque: El
que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus
labios no hablen engaño; Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y
sígala.
La Palabra nos ofrece claves para lograrlo.
- Primero, aprende a decir palabras de bien y no de mal.
Dice que refrenemos nuestra lengua si queremos ver días
buenos y quieres amar la vida.
Esto es interesante, porque quien no ama la vida es aquella
persona que todos sus días son grises u oscuros, lluviosos y tormentosos.
Siempre se quejan de los días, siempre hablarán mal, incluso de Dios; porque
para ellos, Dios es injusto. Y los que no meten a Dios para ellos, la vida es
injusta. Por eso los días son malos. Yo
creo que si Dios creo todas las cosas, y dice la palabra que cuando hubo
acabado todo dijo Dios: “he aquí es bueno en gran manera”
realmente nos toca a nosotros ponerles el gozo a los buenos, y a los días malos.
Antes de hablar mal, o maldecir a Dios por lo que nos pasa aprendamos a
refrenar la lengua.
Haz un ejercicio, abre la boca saca la lengua y cierra la
boca. Es decir, ¡muérdete la lengua antes de hablar lo malo! Los días pasan y
tu actitud define cómo los enfrentas.
Podemos levantarnos con pesimismo, decir que estamos cansados
de trabajar, que la rutina nos aburre y que ya nada te queda bien porque has
engordado; y tener un día con cara de haber chupado un limón.
O puedes levantarte con ánimo, con la seguridad de que ese
día será una jornada productiva, llena de bendiciones del Señor y buenas
noticias etc. Así que Pon gozo a todos tus días. Prepara tu ánimo. Tus palabras
pueden determinar tus actitudes y sentimientos. En nuestra boca está el poder
para lograrlo.
- Que tus labios no hablen engaño.
Regularmente cuando vemos siempre los días nublados u
oscuros, lluviosos o tormentosos, hablamos mal de ellos, y de Dios. Lo que
sigue, es que nos engañamos a nosotros mismos. Nuestra propia boca y nuestros
labios podrán incluso lograr engañar nuestro corazón y nuestra mente. Y por qué
digo engañar, porque no todos los días son malos. Dios dice que él ha creado
días buenos. No te engañes a ti mismo.
- Apártate del mal y haga el bien.
Para estar listo y afrontar los días malos, debes apartarte
del mal y hacer el bien. La personas que siempre ven días nublados,
regularmente hace cosas insensatas. Muchos de los que siempre ven días nublados
primero los convierten en tormentosos, después hacen locuras; se quitan la
vida; no aman la vida porque es injusta. Aunque es más fácil hacer el mal o lo
malo, es mejor hacer el bien. Por eso la palabra dice que si queremos ver días
buenos hagamos el bien.
- Buscar la paz y síguela.
Jesús dijo en una bienaventuranza:
Bienaventurados los pacificadores,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Se como un contador; has una auditoría y un balance de las
cosas que te hacen perder la paz y las que te hacen encontrarla; y has todas
aquellas que te proporcionan paz. Si estás en números rojos, es decir, se te
han acabado todos aquellos recursos que te proporcionaban paz, quiere decir que
estás demasiado pesimista. Estás apartado de la paz de Dios, o no has
encontrado a Dios en tus caminos. Puedes ser un pacificador si te acercas a
Dios; los pacificadores serán llamados hijos de Dios.
- Finalmente, La Biblia dice en: Eclesiastés. 12:1
“Acuérdate de tu creador en los
días de tu juventud, antes que vengan los días malos”.
Esto significa que mientras más rápido decidamos seguir el
camino que Dios tiene para nosotros, nos ahorraremos más días malos. Los días
con Dios se pasan mejor que sin Dios.
Cuando venimos a Cristo decimos: “Cuántos problemas me
hubiera ahorrado si hubiera conocido al Señor cuando antes”. Seguro que
muchos.
Dios no promete que no pasaremos problemas o momentos malos;
habrá aflicciones, habrán días nublados, incluso tormentosos pero es mejor
pasarlos tomados de Dios que solos. Ten buena actitud ante los días malos;
aprende a pensar sabiamente y a actuar con sensatez. La biblia nos dice:
Por lo demás,
hermanos, todo lo que es
verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro,
todo lo amable, todo lo que es de
buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Filipenses 4:8
Los días buenos y
malos tienen virtud. Los dos son positivos. En uno te gozas, pero el otro
te brinda la oportunidad de crecer y madurar. En los dos aprende a gozarte.
Gózate en uno por la alegría que te brinda lo bueno que trae, y en el otro
gózate porque en lo nublado resplandecerás. Amén
bendecidos permaneceremos, solo así. gracias
ResponderEliminarGracias por tu comentario. esperamos que haya sido de mucha bendición.
Eliminar