Su Gracia y Su Misericordia





“Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia,  viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.”
Tito 3:3-7

Es interesante ver como en los tiempos de la primera Iglesia, había una plena convicción de lo que se era antes de llegar a Cristo. Pablo dirige esta carta a Tito, transmitiendo estas palabras recordando la condición de los hombres. Tito, estaba en la Isla de Creta, llena de gente que su conocimiento principal del mundo provenía de labios de piratas  y rudos marinos. Podríamos decir que el tipo de gente que vivía en esta Isla era gente muy mundana. De hecho hasta se les conocía a las cretenses de mentirosos. Los griegos habían creado un verbo especial para mentir; que era “cretensear” leyendo toda la carta a Tito, vemos que la carta está especialmente llena de indicaciones personales con las que Tito tenía que trabajar para darle forma a la Iglesia allí en Creta. Y las indicaciones nos dan un reflejo del tipo de gente que vivía allí.
Hemos venido hablando acerca del amor de Dios. Del amor que Dios tiene por nosotros, y no solo por nosotros sino también por toda la gente. Podemos pensar que Dios nos ama, pero ¿realmente Dios puede amarnos a pesar de cómo somos, y a pesar de cómo éramos aunque hayamos tenido un pasado muy malo, incluso perverso? Estoy seguro que sí. Dios nos ama, y su amor llega hasta donde Dios así lo quera y crea conveniente. De hecho podríamos decir que su amor no tiene límites. Lo demuestra al haber dado a su Hijo para que muriera en nuestro lugar, llevando nuestras culpas y pecados para darnos perdón y salvación. Y todo esto por amor. y Dios afirma ese gran amor por nosotros a través de su gracia y su misericordia. Y este pasaje que Pablo escribe a Tito, nos habla precisamente de estas dos formas de manifestación del amor de Dios. Su Gracia y su Misericordia.

Entendiendo estas dos manifestaciones

  • Gracia: Favor no merecido.

La gracia de Dios es una cualidad en la que nos concede bendiciones que nosotros no merecemos, como la aceptación, el perdón y la salvación. En otras palabras al hablar de la gracia es cuando: Recibimos lo que no merecemos. ¿Alguna vez has recibido algo que no mereces? A lo mejor alguna vez alguien te habrá querido dar algo sin merecerlo que hasta dudas que sea para ti y lo rechazas. Muchas veces lo traducimos esto a “suerte”. En algún trabajo; yo recuerdo que tenía la costumbre en mi trabajo de llegar tarde a pesar de vivir a la vuelta del centro de mi trabajo. Lo que merecía era que me descontaran las horas que llegaba tarde, o hasta a veces e que me descontaran el día no trabajado; pero, por misericordia no me los descontaban. Ni el retardo, ni el día no trabajado. Eso es misericordia.

La biblia nos muestra que a pesar de nuestro pasado; nuestros pecados y faltas, su gracia se manifiesta en nosotros dándonos el perdón, y no solo eso sino que a demás nos limpia de ellas. No tenemos que hacer nada para recibirla, simplemente Dios la concede porque él quiere hacerlo. Mis jefes me concedieron el ganar esos meses llenos de retardos y faltas por que ellos quisieron. Ni siquiera lo tuve que suplicar, simplemente recibí ese favor de ellos de una manera no merecida.

La gracia de Dios es un acto de su soberanía. Es un favor no merecido. Este favor no merecido se recibe porque no hay algo mayor que Dios que pueda interferir en ello.

  • Misericordia: Es la capacidad de Dios demostrada a través de la compasión, en la que Dios decide que no recibimos lo que merecemos.

A diferencia de la Gracia, es por su  misericordia que Dios no condena, Dios no aplica la justicia que merecemos. La misericordia entra en acción al Dios demostrar su compasión. Al compadecerse de nosotros. A pesar de la maldad en la que pudimos andar.

Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Vr 3
Fíjate que todo esto, dice que éramos. Yo creo que muchos nos podemos ver reflejados en esto; si no en todo, en mucho de ello sí. Insensatez, rebeldía, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.

Sin embargo, la misericordia de Dios se manifiesta en medio de la condición pecaminosa de la humanidad. Es allí donde entra en acción la misericordia.

Creo que en lo personal en este ejemplo que les ponía acerca de mi trabajo, si no me aplicaban los correspondientes descuentos era por misericordia. Segur que una buena arte de mi salario se quedaba allí. Solo una vez bastó para no volver a retrasarme ni a faltar injustificadamente, y fue cuando ya no jugué con esa “misericordia y gracia” El día en que sí me aplicaron la ley. El día del descuento. Cuando vi mi salario hasta quise reclamar, pero vi que ellos tenían más por reclamarme a mí, que yo a ellos. Después había incentivos a la puntualidad y era yo el que los ganaba. Claro; Vivía al lado de mi trabajo.

Es interesante notar que tanto la gracia y la misericordia mostradas en Jesucristo  tienen como propósito guiarnos al arrepentimiento.

En estas fechas se recuerda en muchas partes del mundo acerca del sacrificio de Cristo por nosotros en la cruz. La Pasión de Cristo. El día en que su Gracia y su Misericordia son encarnadas por medio de su Hijo Jesucristo. No son los pasos o las imágenes, o la galanura y la talla de la madera por que Dios aborrece eso; “No te harás imagen ni cosa semejante de lo que hay arriba en el cielo, o abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra; no te inclinaras a ellas ni las honraras.” Este es un mandamiento. Nada de esto puede Aportar la Gracia y la Misericordia de Dios a nuestras vidas.
Es su sacrificio que él hizo por nosotros para que tuviésemos el perdón a nuestros pecados, y la salvación de la condenación del juicio de Dios y la vida eterna.

El pago de lo que merecíamos por nuestros pecados y rebeldía contra Dios, no lo recibimos por su Gracia y Misericordia a través de Cristo.

  • Cómo se manifestó la Gracia y la Misericordia en nosotros

Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia,  viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.”
Tito 3:4-8

  1. A través de su bondad y su amor
Dice que no hicimos nada. No fue por obras de justicia que nosotros hubiésemos hecho. No hicimos nada bueno, nada justo. No hubo ninguna obra que hubiéremos hecho con justicia; o sea, justamente.

El libro de Eclesiastés dice:

Ciertamente no hay hombre justo en la tierra,  que haga el bien y nunca peque.
Ecl. 7:20

Y, el mismo apóstol Pablo dice en su carta  a los Romanos 3:10-12. “No hay justo ni aún Uno; No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”

Dios nos amó primero, nos amó sin merecerlo y nos ama aunque no lo solicitemos ni hagamos algo para que él nos pueda amar, simplemente él tiene amor, porque Dios es Amor, y el es bueno y muestra su bondad en nosotros a través de su Gracia y Misericordia.

La Biblia dice que Dios le dijo a Moisés cuando halló gracia delante de Dios: “Tendré misericordia del que tendré misericordia” Dios derrama su misericordia. Es incuestionable su misericordia. Dios la da gratuitamente a quien él quiere.
Ya está manifestada en Cristo para que a través de él podamos hallarla.

Dice en este pasaje que  Dios derramó en nosotros abundantemente su misericordia por medio de Jesucristo para que justificados por su gracia seamos herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. Y Su Gracia y Su Misericordia son las que nos han provisto de de la Justificación, de la salvación, y de la vida eterna. Es compasión a través de un favor no merecido por medio de Cristo su Hijo. Amén.

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